«No se engañe nadie, no
pensando que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
porque todo ha de pasar
por tal manera.»
Jorge Manrique
Coplas por la muerte de su padre
Echamos la vista atrás y observamos con que fugacidad nos trascienden nuestras vivencias y experiencias. Miramos al futuro y deseamos que llegue el momento soñado. Ese momento por el que luchamos tan duramente día a día. Y, de igual manera, llegado ese instante nos trasciende, pasa y se convierte en pasado… Vuelta a empezar… nueva meta, nuevo objetivo, nuevo logro que nos satisfaga.
Transitando este camino descubrimos que nunca estamos satisfechos, que siempre deseamos más y más y que cuando conseguimos esa nueva meta o bien por hastío, desencanto o desengaño volvemos a sentirnos insatisfechos y se activan nuevos deseos. De nuevo el self se pone en marcha, nunca saciado, nunca contento.
Quizá Jorge Manrique, con esta y otras muchas coplas dedicadas a la muerte de su padre, nos sugiere o propone una visión de la existencia sin falacias, sin falsedades y sin autoengaños. «No se engañe nadie, no, pensando…» que lo que vendrá en el futuro tendrá carácter permanente o perdurará para siempre. Un duro golpe para nuestro ego que siempre está en busca del futuro e imaginando cómo ha de ser y cómo hemos de trabajar para consolidar y asentar nuestros objetivos. «Porque todo ha de pasar…» Otro golpe más para un ego que busca con frecuencia argucias y artimañas para esconderse de su finitud.
Asirnos a una carrera constante en busca de un futuro incierto, dinámico, cambiante y que no ha de durar no parece una buena recomendación para sentir y disfrutar plenamente la experiencia de vivir. Más bien todo lo contrario, es decir, caminar autoengañados sin una comprensión de cómo es la realidad en sí misma nos hace perdernos la maravillosa experiencia de capturar cada instante.
No hay instantes vacíos.
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¡Vive la experiencia!

Me encanta éste espacio y sus reflexiones. Muchas gracias
Muchísimas gracias Raquel. Recibe un cordial saludo y ¡nos vemos pronto!